Desde la atalaya de mi
habitación observo curioso como la noche me envuelve, como las luces se
oscurecen a mi alrededor.
La vida queda fuera y se que
te vas, que no estás sola, presiento que ya no queda nada para mi.
Pero me niego, no quiero
estar vencido, ni cansado y menos decepcionado. Porque …
porque la noche acabará y la
luz envolverá mi corazón desierto.
Derrotaré la melancolía y …
Me levantaré, no acepto la
rendición.
Y ... ¡he vencido!
dejo atrás el
miedo, escucho la luz y puedo saltar al vacío. Seguiré soñando
derribando los muros,
extenderé las alas y volaré hasta tocar el cielo.
Yo ya pagué mi precio, ya
enterré mis temores, aparté los espectros, saldé las sombras, así que …
Vuelvo nuevamente al mundo,
antes del alba.
Precioso, sin estos lugares no tendriamos flores y plantas. Saludos
ResponderEliminarMe encantaría saber a quién le escribes. Percibo cosas en las entrañas de tu escrito y muero por saber para quiénes son... pero intuyo que no hablaras.
ResponderEliminarUn abrazo.