Contemplo emocionado
como la fresca lluvia anega suavemente aquellos olvidados campos baldíos, que
pronto se revisten de un incipiente verdor. Mientras los agotados bosques,
exhalan entre alientos caleidoscópicos un manto de viejas hojas desfallecidas,
en un mágico baile colorista que parece interminable.
Caen las hojas a la vez
que tímidamente se tiñe de oro el paisaje, en este duelo entre estaciones que
luchan la una por aparecer, mientras la otra se niega a marchar. Arriba el misterioso otoño
como por milagro después de las primeras lluvias, que son a la vez, anuncio del
final del largo y tórrido verano y comienzo de esta fresca y melancólica
estación.
El otoño acude puntual a los bosques del Horcajo del Camarate,
melojos, castaños, fresnos, álamos, cerezos, arces, serbales, abedules,
majuelos y rosales comienzan el baile … llega la ancestral danza de los colores.
Preciosa danza de los colores
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